Pero por Dios, Mariano, ¿En qué quedamos? Si uno sigue atentamente el intenso calendario de citas que has tenido desde tu desplazamiento al ágape de Nicolas Berggruen en la capital francesa en mayo pasado, las reuniones y declaraciones de tus ministros con ministros alemanes desde entonces, e incluso tu reunión con unos 24 jefes de Estado o de Gobierno de la UE en París este mismo martes que viene, 12 de noviembre, forzoso es sacar una conclusión: La emigración, y sobre todo la emigración hacia la voraz Alemania, es una de tus bazas secretas para intentar reducir el inmenso stock de parados que tienes.
Uno puede estar de acuerdo o no con ello, con eso de vender a saldo a nuestra juventud para que se vaya a hacer de sirvienta en el país del frío, donde dominan ricos egoístas de avanzada edad. Uno puede estar de acuerdo o no porque, como deberías de saber, la ciencia económica y la sociología del trabajo son objeto de controversia, como toda ciencia. No hay que ir a piñón fijo y con orejeras por la vida, Mariano. Hay debate en todo. Y, por cierto, la previsión de una Alemania que necesitará 500.000 inmigrantes por año a partir de 2015 es una excelente ocasion, no para irse arrodillando en busca de minijobs --pícaro que eres--, sino de lo contrario: Ocasión para rebajarle los humos a la oligarquía de Berlín, y venderle luego nuestras carnes sólo al precio real que tienen, es decir, muy elevado. Al precio de isla griega, vaya. Para algo tenemos, desde hace casi un cuarto de siglo (y por los pelos), un pasaporte de primera clase, uno de esos donde pone "Unión Europea". De la misma forma que los griegos son la cuna oriental de Europa, gracias a sus relaciones con Asia y con Africa, nosotros somos la cuna occidental, por nuestras relaciones íntimas y carnales, de hermanos mano en mano, con las naciones del Océano Moreno y del Magreb. Podríamos hacerlo valer, ¿no?, en lugar de arrodillarnos.
Aceptemos, como hipótesis, que hay que emigrar
Pero bueno: eso es asunto tuyo, si lees o no lo que hay que leer en materia de economía, sociología, geopolítica y asuntos europeos, si es que queda alguna neurona en funcionamiento en tu menguado cerebro, Ciudadano Rajoy. Al fin y al cabo, españoles que escuchan a la Pantoja te votaron. Pero, en pura hipótesis, te voy a dar el gusto, asumamos que tienes razón; Asumamos que es bueno eso de que los germanos se lleven los excelentes brazos y materia gris españoles, los soberbios y soberbias trabajadores y trabajadoras españole/as (o como se dig@, para no quedar sexisto). La generación mejor preparada de nuestra historia, que se vaya, vaya, como tú dices. Pongamos que tienes razón.
En ese caso, al menos, Mariano, hombre, tendrías que ser coherente, al menos contigo mismo, vaya, con esa parte de ti que se pone corbata y hace como que todavía entiende algo del mundo. Estarás de acuerdo en que, si los españoles jóvenes tienen que ir pensando en irse si quieren trabajar y poderse pagar un mendrugo de pan, también alguna facilidad deberías darles desde el Gobierno ¿no? Especialmente a los que ya están en paro, que son los que más buscan, los pobres. Y más aún si se les está acabando el subsidio.
¿Me sigues? Nada más lógico ¿no? Cuanto más apurado está un parado, más debería hacérsele fácil que se puedan ir, si tu objetivo efectivamente es que encuentre trabajo fuera. Y convendrás, Mariano --no te me pierdas ahora, por favor-- que, para buscar trabajo en el extranjero, suele ser norma que uno TENGA QUE ir a ese mismo extranjero. Sí, a ese sitio en lontananza.
Palabra de emigrante
Ya sé que tú nunca has tenido que buscarte la vida demasiado, pero déjame que te explique: Si tienes que buscar y encontrar trabajo en el extranjero, tienes que ir, te llaman, tienes que volver; una entrevista, otra; una pista que te da un amigo; Telefonear; Encontrar un sitio a donde nunca has ido, en una ciudad que desconoces, y sin dinero para un taxi; Un día de prueba por aquí, otro por allá. Precisamente para esas cosas que tú nunca has tenido que hacer: convencer a la empresa, al equipo de trabajo, a tus futuros colegas, y hasta al jefe y a la directora de recursos humanos, para que te contraten. Hace falta tiempo, Ciudadano Rajoy, te lo aseguro.
Y ahí es donde... ¡No nos cuadra la cosa, Mariano! Los documentos recibidos por SanchoPanzaLab, y luego verificados mediante nuestra investigación preliminar, nos tienen preocupados en la redacción. Mira: si cliqueas en la flechita o en el dedo estos de aquí abajo, aparecerán esos documentos como por arte de magia en tu pantalla, acompañados por la continuación de este artículo en forma de epístola (que no e-pistola; cliquea sin temor, hombre, no seas miedica).
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